Blizzard es una compañía gigantesca con un montón de años a sus espaldas y con juegos que han marcado la industria del videojuego, pero para sus fans, ya no parece ser la misma. Desde World of Warcraft, es verdad que la compañía se ha acercado a un modelo más comercial y mainstream, y eso es lo que un fan había criticado a principios de mes en su blog en una carta abierta a Mike Morhaime, CEO de la compañía. Lo que no se esperaba este fan es que el presidente de Blizzard le fuera a contestar.
Starcunning, el bloguero, la verdad es que hace una crítica bastante sesuda de por qué ha dejado de comprar los juegos de Blizzard: porque han dejado de representarle, porque carecen de la originalidad de antaño y porque se siente utilizado para los fines de la empresa.
Morhaime da una respuesta igual de profunda y, aunque se nota un poco el lenguaje típico del marketing, es interesante leerlo, sobre todo ahora que la empresa ha dejado ir a varias figuras clave, como Rob Pardo.
«Somos muy conscientes de los problemas que comentas y los estamos discutiendo ahora más que nunca, en todos los niveles de la compañía, en un esfuerzo por asegurarnos de que nuestros juegos e historias son todo lo épicos e inclusivos como sea posible. Esta es una de las críticas más habituales en el mundo del videojuego. Sabemos que los actos pesan más que las palabras, así que nos estamos desafiando a nosotros mismos para establecer voces más diversas desde dentro y fuera de la compañía y para crear héroes y contenidos más diversos»
¿Y de dónde surge todo esto? De que no es la primera vez que se exige a Blizzard un contenido más socialmente comprometido y más correcto. Por ejemplo, el diseño de Kerrigan en StarCraft II levantó mucho revuelo por su innecesaria sexualización: no tiene mucho sentido que un ser superpoderoso como ella necesite tacones como tampoco lo tenía el usar constantemente planos de su culo en las cinemáticas.