Con Firewatch la gente de Campo Santo nos quiere convertir en guardas forestales. Pero lo que suena casi a simulador absurdo –tipo Goat Simulator o Rock Simulator, por dar un par de ejemplos– será, en realidad, una aventura de misterio en primera persona, que estará más cerca del estilo de Alan Wake, también por su ambientación y escenarios.
¿Qué pasa cuando en un pequeño estudio indie se juntan algunas de las cabezas que han hecho realidad juegos como la serie The Walking Dead, Mark of the Ninja, The Cave, Brutal Legend y otros? Tener semejante CV y estar en una posición relativamente cómoda como desarrolladores no parece ir con gente como Jake Rodkin, Sean Vanaman, Nels Anderson y otros, que dejaron sus respectivos estudios –Telltale, Klei, etc.– en lo más alto para afrontar la aventura de fundar Campo Santo, en San Francisco, y lanzarse a desarrollar Firewatch, un juego del que se saben apenas dos pinceladas de su ambientación y trama, pero que viniendo de quien viene vamos a tener que seguir sin perderle la pista, hasta que salga el próximo año.
Firewatch nos meterá en la piel de Henry, un hombre que para desconectar de su complicada vida toma un trabajo temporal de guarda forestal en el monte, con el objetivo de vigilar y prevenir incendios. Pero lo que parecía el trabajo perfecto para desconectar del mundo se va volviendo un extraño viaje lleno de misterios, en el que el único contacto con el mundo lo hace habñando con Delilah, su supervisora, a través de una radio.
Si Henry fuera escritor, tendríamos dibujado un perfil sumamente parecido al de Alan Wake, pero como lo que acabas de leer es prácticamente todo lo que ha dado a conocer Campo Santo sobre Firewatch, las dudas que aún existen respecto al propio diseño del juego son numerosas. Si quieres conocer más sobre el juego, en la web de la revista británica Games puedes leer una extensa entrevista –en inglés– en la que los chicos de Campo Santo hablan sobre el desarrollo y la creación del estudio, aunque no te creas que dan muchas más pistas sobre la trama y el juego, aunque está de lo más interesante y merece la pena.