25/04/2024
Star Citizen es un juego fundado con millones de dólares por los apasionados de la simulación espacial. Todo un esfuerzo de cooperación.

Los simuladores de combate espacial están un poquito de moda. Entre Star Citizen y Elite: Dangerous, más de uno estará tan feliz como lo estaba en tiempos del Wing Commander o de TIE Fighter. Pero las cosas son algo diferentes a entonces, tal como han demostrado en su blog los desarrolladores de Star Citizen al hablar de cómo volarán y se manejarán las naves de su juego.

Star Citizen: Arena Commander
El sistema de control de Star Citizen se distancia de los clásicos del género

La mayoría de juegos espaciales prescinden de lo que viene siendo la navegación espacial real porque, vaya, seguramente sea muy poco entretenida. En su lugar, prefieren una aproximación como la de Star Wars: que las naves se muevan en el espacio como si fueran aviones de combate en nuestra atmósfera y con nuestra gravedad. Si lo pensáis, es una concesión importante para que la jugabilidad sea atractiva, pero ese no es el caso de Star Citizen.

«La simulación física del vuelo espacial en Star Citizen está basada en lo que pasaría realmente en el espacio», comenta Chris Roberts. «Los modelos incluyen lo que necesitaría una nave espacial real, incluyendo la correcta simulación de los propulsores. En nuestro modelo de vuelo, en inercia, la masa cambia y los contra-propulsores son muy necesarios». Si todo esto os suena a chino, tampoco pasa nada. Lo que tenéis que tener en cuenta es que habrá que conocer y adaptarse bien al movimiento de la nave y conseguir nuevas habilidades que otros juegos no han explotado.

A su vez, Roberts ha detallado que el peso del cargamento y otros elementos tendrán una vital importancia y que estarán todos organizados bajo el In-Flight Control System, una colección de sistemas que permiten al jugador saber qué está pasando en todo momento y cómo reaccionar y moverse en consecuencia. Es, de nuevo, algo complicado de entender, pero digamos simplemente que es una forma de que un solo ser humano pueda saber lo que pasa en cada rincón de una gran y compleja nave.