Internet está lleno de juegos concebidos como un homenaje a Doom, el más importante de los FPS, si me permitís decirlo. Aunque a mí siempre me gustará más Quake porque fue la época en la que me pilló, y otros son más de Hexen por el rollo más físico del combate; Doom es el más conocido y afamado. Y sin embargo, este nuevo juego, Dusk, homenajea a los tres y junta las virtudes que los caracterizan, además de que suma otras ideas del género que son más contemporáneas.

Cada nuevo FPS de homenaje a Doom que aparece es una bendición, pues rehacen su fórmula con brillantez y aportan novedades que siempre resultan interesantes.
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