Juego con la mente
The Evil Within, en su acción, se moverá entre las reglas más básicas de la saga Resident Evil –interacción justa con el entorno, iconos que marcan objetos de interés, armas de fuego…–, junto a influencias de muchos otros títulos, no sólo de terror, como el momento en que Sebastián, huyendo del extraño personaje antes descrito que lo persigue con una sierra mecánica en ristre, se oculta en una taquilla para no ser descubierto, al más puro estilo Metal Gear.
Y, por supuesto, lo que pudimos ver de The Evil Within indica que será un juego que se regodee en el diseño más grotesco que puedas imaginar en cuanto a un juego de horror se trata. Algo cuyas influencias van desde la esencia del Grand Guignol a los delirios de HR Giger, con criaturas imposibles, máquinas preparadas para la tortura que ocupan habitaciones enteras y una realidad cambiante que nunca acabas de saber si de verdad está pasando todo aquello o son alucinaciones de la mente enferma de Sebastián.
Aunque The Evil Within no parece llegar, para nuestro gustos, al absoluto delirio de un Silent Hill, sí apunta a que no todo se limitará a esa atmósfera de monstruos y seres deformes y hostiles. Algunas secuencias, en las que todo el escenario cambia con sólo dar un paso, los pasillos por los que circula el protagonista se alargan y alargan convirtiéndose en interminables, y la sangre que de repente inunda una estancia tras abrirse una puerta –en un remedo fantástico de la secuencia de El Resplandor que tan magistralmente rodó Kubrick– desaparecen por arte de magia nos indican que algo muy extraño está pasando o en el mundo de juego o en la cabeza del protagonista. Más, cuando tras abrir una puerta, de repente el exterior del hospital ha cambiado por completo y parece que la ciudad misma ha volado por los aires tras haber estallado la tierra.
The Evil Within apunta maneras de verdadero renovador de un género que parece estar en horas bajas, un soplo de aire fresco –aunque también sanguinolento y algo fétido, o sea que no tan fresco, después de todo, si nos permites la broma– y destinado a aquellos fans del horror nipón, a los seguidores de los primeros Resident Evil y los mejores Silent Hill. A los fans del cine de terror. A los amantes de las emociones fuertes y el gore. Y, sobre todo, a los mayores de 18 años, porque los diseños de The Evil Within combinados con la potencia gráfica de Id Tech 5 no harán apto para todos los públicos al nuevo proyecto de Mikami. Un proyecto que, sí, nos morimos por jugar…
