En noviembre de 2014, Nvidia mostró al mundo su nueva serie de tarjetas gráficas con chip Maxwell, las GTX 980 y 970, que no eran muy superiores a las 780 en potencia bruta pero que reducían una barbaridad su consumo de energía, algo que se agradece bastante en la factura de la electricidad y a la hora de alargar la vida de las fuentes de alimentación de los ordenadores. Pero estas dos tarjetas son la clase alta dentro de la nueva gama 900 de Nvidia, ¿qué pasa con la gama media? Bueno, aquí tenemos hoy la Nvidia GTX 960 para rellenar ese hueco.
Lo primero ante todo, honestidad: la Nvidia GTX 960 se te va a quedar corta para jugar, por ejemplo, a The Witcher 3. Que tenga 2 GB de RAM en lugar de 4GB, que empieza a ser una cifra que muchos juegos actuales piden para funcionar en alto-ultra, es una limitación importante. Por fortuna, es un problema de cara a dentro de dos años, no actualmente, pues esta tarjeta seguramente pueda ejecutar Alien Isolation con todo a tope y a 60fps sin problemas. Seguro que también da muy buen rendimiento con Dragon Age Inquisition.
Sin embargo, y como apuntan muchos con muy buen ojo, parece que esta tarjeta gráfica está más orientada a los jugadores medios que no buscan sacar toda la chicha de los juegos más exigentes sino que necesita mantenerse a la altura de las circunstancias en juegos con una capacidad gráfica normalita, esto es, con un MOBA. Parece que Nvidia ha enfocado esta tarjeta gráfica a esa gente, sobre todo si tenemos en cuenta que las tarjetas Maxwell llevan integrado unos chip especiales y una buena cantidad de CUDA para usar los códecs de grabación de vídeo de Nvidia.
Usando la tecnología Nvenc se graba de miedo, tanto desde Shadowplay como desde otros programas como OBS, y sin impactar apenas en el rendimiento del juego. Esta gráfica, por tanto, es perfecta para emitir DOTA 2, League of Legends o StarCraft II por Twitch sin sufrir apenas y desembolsando solo entre 250 y 280 euros, que son los precios que están rondando ahora mismos las GTX 960.
