Los juegos que combinan reflejos, música y un cierto toque psicodélico no abundan, y la mayoría son herederos de Rez, uno de esos fascinantes experimentos que permitió la siempre genial Dreamcast hace ya más de una década. Uno de los más atractivos, además de gratuito –se juega en el navegador– es Vectagon, un entretenimiento perfecto para los ratos perdidos, ya sea en el trabajo, en casa o donde quieras, mientras estés conectado a Internet.
Si estás ya un poco saturado de las aventuras épicas de los grandes superventas de las –ya pasadas– navidades, nada como un «pequeño» juego como Vectagon para desengrasar y de paso poner a prueba tus reflejos. El diseño de Vectagon es uno de esos que sorprende por su simplicidad y que acaba enganchando sin remedio. Según sus creadores, las influencias directas de Vectagon son el mencionado Rez, además de clásicos como F-Zero –sí, el de Super Nintendo– y Dyad. Y sus coloridos gráficos vectoriales, su velocidad de vértigo y su hipnótico espectáculo visual, te mantienen pegado a la pantalla mucho más de lo que gusta reconocer. Es de esos juegos que, cuando vuelves a mirar la hora, han pasado 20 minutos y ni te has dado cuenta.
La dificultad del desafío es uno de los pilares de Vectagon, que tiene modos con nombres tan explícitos como Masoquista, Suicida o Supervivencia, por citar algunos, y eso que lo único que has de hacer es pulsar izquierda y derecha para evitar los obstáculos que van apareciendo en el «túnel» que recorres. Aunque en la web oficial del juego puedes probar la alpha de Vectagon, en esta otra página puedes acceder a una versión más actualizada, con el juego funcionando a más velocidad, con la música activa y todos los modos de juego. Y pulsa F para ponerlo a pantalla completa. Ojo, que engancha.