Hoy en día, todos los jugadores de PC tenemos, por lo menos, una cuenta en algún servicio de distribución digital: Steam, Origin, Uplay, Battle.net. Por supuesto, todas ellos implican la aceptación de unas condiciones de uso, pero no nos engañemos: nadie las lee. Damos al botón de aceptar sin ser conscientes de lo que estamos firmando. ¿Qué ocurriría si mañana estos portales cerrasen? ¿Podríamos reclamar nuestro derecho a seguir jugando a los títulos de nuestra biblioteca?
Distribución digital: la estafa de nuestro tiempo
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