Sony compró el servicio OnLive a principios de mes para quedarse con sus patentes y parte de su infraestructura e integrarlo en su propio servicio PlayStation Now, al igual que ya hiciera con otro de los pioneros en cloud gaming: Gaikai. Posteriormente anunció el cierre de OnLive para el día 30 de abril de 2015.
OnLive era (es todavía) un servicio de juegos en streaming, el pionero en ofrecer este servicio de manera comercial y con un rendimiento bastante aceptable. Las cosas le iban tan bien, relativamente, que hasta fue capaz de desplegar servidores en Europa para dar servicio al viejo continente, empezando con el Reino Unido.
Si llegaste a probar OnLive personalmente recordarás que, incluso con los servidores en las islas británicas, el lag llegaba a ser imperceptible para juegos más calmados que un título de acción en primera persona. Además la calidad gráfica era mejor que muchos vídeos de YouTube en Full HD. Remataba la faena un sistema de prueba de juegos que te dejaba media hora de disfrute gratuito con todos los juegos de su catálogo.
Lamentablemente, una combinación de malas decisiones empresariales, como ofrecer instancias de Windows 7 que no estaban correctamente licenciadas —vamos, que no pagaban a Microsoft por ellas— y un complicado proceso de venta de la compañía —para librarse de ciertas deudas pendientes: despidieron a todos los empleados, vendieron todos sus activos y crearon una nueva empresa también llamada OnLive— acabaron con la confianza de los usuarios.
Lamentablemente, a los usuarios de PC con ilusiones puestas en el cloud gaming, no les queda otra opción que esperar a que Nvidia permita utilizar su GRID desde otra cosa que no sea un aparato Android y a ver qué pasa con el streaming con Xbox One, por si llega a convertirse en cloud gaming en algún momento para competir con PlayStation Now. Square Enix también cerró hace un año y medio su servicio Core Online, que permitía jugar a algunos títulos de la serie Tomb Raider y Hitman desde el navegador.